Familias, Sandra nuestra chica de prácticas, nos ha dejado desde lo más profundo de su corazón unas hermosas palabras que me gustaría compartir con vosotros como ella me ha pedido.
Ahora Sandra se va al cole de los muy muy mayores, a seguir estudiando entre libros para convertirse en una súper profe.
Nos ha encantado pasar todo este tiempo a tu lado, nos has ayudado mucho y hemos aprendido juntos.
Aquí tienes tu clase para cuando puedas venir a vernos.
¡Millones de besos!
«Había una vez una niña que iba al colegio San José de
Palencia, después siguió estudiando mucho y, cuando la preguntaron qué quería
ser de mayor, dijo que profesora de Infantil. Para poder serlo tuvo que
estudiar durante mucho tiempo y, por fin, llegó el momento en el que iba a ir a
un colegio para ser profesora mientras seguía aprendiendo. Fue al colegio San
José, al mismo que había ido ella de pequeña y, cuando llegó a la clase de 3
años, se encontró con 25 niños y niñas maravillosos a los que tenía que enseñar
cosas nuevas, pero que también la enseñarían muchísimo a ella.
Todos vosotros me habéis enseñado que sois mucho más listos
de lo que la gente piensa, que los mayores tenemos que aprender de vosotros que
no hay que mentir, que la caca se llama caca y el pis, pis, que las partes del
cuerpo diferentes están ahí y que decirlo en alto no es malo, que nadie es feo
ni guapo, todos somos niños. Me habéis enseñado a compartir y a ayudar a los
que lo necesitan sin esperar nada a cambio. Habéis dejado que conozca a cada
uno como es. Me habéis enseñado tantísimas cosas… a perder la vergüenza, a ser
una india, una policía, a cantar, a bailar, a contar cuentos con voces, a
correr, a saltar, a chillar, a enfadarme sin dejar de quereros, a reírme a
carcajadas y lo más importante, me habéis enseñado que no me equivoqué al elegir
qué quería ser de mayor.
Hoy es mi último día aquí porque tengo que seguir
aprendiendo muchas cosas más para poder enseñar a más niños como vosotros, pero
las primeras veces nunca se olvidan y vosotros habéis sido mis primeros. Sólo
puedo daros las gracias por todo, por llamarme profe, por reíros conmigo, por
dejarme enseñaros, por pedirme que juegue con vosotros, por hacer que me
despierte todos los días con ganas de ir al cole, por todos los besos que me
habéis dado, por escucharme, por quererme y por dejarme quereros…
Os prometo que os vendré a ver. Os quiero mucho, que no se
os olvide, porque yo nunca voy a olvidarme de vosotros.
Y tú, Esther, me has enseñado todo lo que esperaba y más,
eres una excelente profesora y aún mejor persona. De ti he aprendido que se
puede estar enamorada de tu trabajo, que querer a 25 niños por igual, es
posible, que comerte la cabeza para hacer las cosas mejor cada día te alegra la
vida, que puedes saber lo que necesita cada niño en cada momento.
Gracias por «compartir» tus niños conmigo desde el primer
momento, por dejar que me equivoque, por ayudarme, por darme la misma autoridad
que tú tienes, por dejar que me exprese. Gracias por enseñarme que los días
malos se dejan en casa porque hay personas que te necesitan todos los días en
tu mejor momento, gracias por darme ese ejemplo que tanto necesitaba y por
haberme aportado muchísimo más que todos los profesores de la universidad juntos.
Gracias, Esther, muchas gracias.»
MATEO, porque la pasión no entiende de edades y porque
consigas tu sueño.
ADRIANA, porque los terremotos pueden ser maravillosos.
ALBA, porque tener carácter no está reñido con aportar tanta
felicidad. Tu «Andra».
DIEGO SERNA, por tener un corazón que no te cabe en el pecho,
no dejes nunca de regalar tanto cariño.
LUCÍA CALZÓN, por enseñarme que los ojos pueden expresar mucho
más que las palabras.
LUCÍA VILLAVERDE, porque los saltos más grandes se dan en
los momentos más inesperados, gracias por estar siempre tan atenta.
ENARA, por saber comportarse en cada momento mejor que
muchas personas mayores.
IKER, por demostrar que los niños también tienen
personalidad, del 0 al 100 en un segundo, gatín.
RODRIGO, por tener preguntas y respuestas que pueden dejar
con la boca abierta a cualquiera, porque los niños no somos tontos.
NOELIA, por tu esfuerzo, empeño y dedicación.
DANIEL, porque la confianza contigo hay que ganársela,
gracias por dejarme entrar.
ADRIÁN, por saber alegrarme el día con una frase, nunca
dejes que nadie te cambie.
ÁLEX, por dejarme ver ese gran mundo interior, la
sensibilidad detrás de la seriedad.
MAXIM, por enseñarme que, cuando somos niños, no
diferenciamos culturas ni idiomas, muchas gracias.
ÓSCAR, por enseñarme que empezar mal la mañana no quiere
decir que el día no puede ser genial, sigue «sabiéndolo todo».
PAULA, por tus millones de sonrisas, nunca dejes de cantar.
LEIRE, por demostrar que ser una niña es tan sólo ser un
adulto en miniatura, conseguirás lo que quieras.
AINHOA, por enseñarme que los niños pueden ser más
responsables que muchos adultos.
ROBERTO, por esas ganas de aprender y mejorar, que nunca
nadie te quite esas ganas de expresarte.
CARLA, por tener esa
vitalidad y por saber transmitirla.
LAIA, por regalar sonrisas que alegran sin pedir nada a
cambio.
VALERIA, porque ser reservada no es malo si sabes conquistar
a las personas.
MENCÍA, por recordarme lo importante que es la amistad.
DIEGO ODRIOZOLA, por defender lo que es tuyo, pero también
por sonreír cuando los demás tanto lo necesitamos.
DIEGO MARTÍNEZ, por saber explicar las cosas de esa manera
tan bonita.
Hasta luego Sandra!!
ResponderEliminarCon las lágrimas en los ojos estoy. Muchas gracias por todo lo que has aportado a estos niñ@s de 1º de infantil.
Leire sigue mencionándote en casa, y la dio mucha pena tu marcha.
Espero que no te olviden (con la bonita foto que saco cada niñ@ seguro que no) y puedas seguir viéndoles.
Un beso muy fuerte y mucha suerte .
Charo
Mama de Leire