INFORMACIÓN A LAS FAMILIAS


En esta pestaña intentaré responder a todas aquellas dudas y cuestiones que os vayan surgiendo sobre la educación de vuestros hijos, el curso, la etapa, la clase, etc.

Desarrollo del niño y de la niña de 3 años

El pensamiento del niño y de la niña de esta edad se caracteriza por ser concreto, es decir, el desarrollo de su inteligencia requiere que continuamente experimenten y manipulen la realidad que les rodea. Se comienza a afianzar la función simbólica, que les permitirá evocar lo que está ausente, de manera que, progresivamente, irán pasando de la acción y la manipulación de los objetos a la representación de los mismos.

El desarrollo cognitivo está condicionado en gran medida por el desarrollo del lenguaje. Los niños y las niñas están pasando del aprendizaje sensorial al intuitivo, comienzan a prever las consecuencias de sus acciones y empiezan a solucionar los problemas que se les plantean en su vida cotidiana. Todavía no son capaces de desligarse del todo de sus puntos de vista pero, poco a poco, irán descubriendo que su forma de ver las cosas no tiene por qué coincidir con la de los demás; paulatinamente, tomarán conciencia y comprenderán que la forma de actuar y de comportarse de los demás depende de una serie de motivaciones, deseos y necesidades que pueden no coincidir con las suyas. Intentarán ajustar su comportamiento para integrarse e interactuar con las personas de su entorno.

Poco a poco serán capaces de realizar deducciones simples y clasificaciones siguiendo algunos criterios muy sencillos. A esta edad tendrán dificultades para establecer relaciones causales, temporales y lógicas.

En el ámbito psicomotor son muy ágiles, sus movimientos son suaves y armónicos. Progresivamente, serán capaces de disociar sus movimientos realizando simultáneamente gestos diferenciados en los miembros superiores e inferiores. Les gusta empezar a mostrarse independientes y sienten atracción por la actividad física. Van conociendo su cuerpo poco a poco, sus posibilidades y limitaciones motrices, van adquiriendo confianza sobre lo que son capaces de hacer con él y van avanzando en el control de sus movimientos. Les gusta correr y pararse, hacer giros, escalar, sortear obstáculos, andar en todas direcciones, patear, saltar con los pies juntos, subir y bajar escaleras y bailar, aunque todavía no dominan el ritmo. Podrán mantener el equilibrio sobre diferentes superficies; se mantendrán sobre un pie durante cierto tiempo; se equilibrarán sobre la punta de los pies y guardarán el equilibrio estático con los ojos cerrados.

La coordinación óculo-manual aún no es muy buena. Serán capaces de realizar diferentes acciones que requieren de esta coordinación, como abrochar un botón grande. Ejercerán cierto control sobre el lápiz. Progresivamente, controlarán la partida y llegada del dibujo, pudiendo partir de un punto y llegar a otro de un solo trazo; podrán completar y cerrar figuras abiertas y serán capaces de copiar un círculo. A los pequeños y pequeñas les gustará experimentar con la pintura de dedos utilizando todo el espacio gráfico. Irán adquiriendo una mejor percepción visual del espacio.

Los niños y las niñas utilizan indistintamente la mano izquierda y la derecha; progresivamente, irán afianzando su lateralidad, por lo que es muy importante no presionarles en ningún sentido sobre el uso de una mano sobre otra.

En esta edad, los niños y las niñas afianzarán su identidad sexual y de género y la utilizarán para definir sus preferencias. Llegarán a reconocer su propio sexo y les interesarán las diferencias fisiológicas entre ellos.

El lenguaje es un instrumento nuevo que todavía no dominan correctamente. El vocabulario que manejan los pequeños y pequeñas es extenso, de unas 1000 palabras, que irán aumentando rápidamente, aunque comprenden el significado de más palabras de las que emplean. Progresivamente, elaborarán enunciados de tres o cuatro palabras de estructura más compleja y diferenciarán los tiempos y los modos verbales. En sus conversaciones utilizarán artículos y algunos pronombres y adverbios y aprenderán a hacer correctamente la concordancia entre el artículo y el nombre.

Los niños y las niñas de esta edad comienzan a percibir que el lenguaje, además de ser un instrumento de comunicación, es un medio para controlar su propio comportamiento. Parecen haber captado cómo funciona el sistema lingüístico, reconociendo algunas normas básicas y simples, pero no las excepciones de esas normas y, por tanto, suelen cometer errores. También comienzan a formular muchas preguntas, algunas de ellas aparentemente sin sentido. Comentan todo lo que ven, sienten e imaginan. Todavía no dominan la pronunciación de algunos fonemas ni algunas estructuras gramaticales, pero pueden pronunciar los sonidos fundamentales de la lengua, aunque, a veces, en sus conversaciones retroceden a una pronunciación más cómoda para ellos. A los pequeños y a las pequeñas les gusta escuchar para aprender.

Comienzan las primeras amistades, les gusta estar con otros niños y niñas, aunque siguen siendo egocéntricos y dominantes en sus relaciones. Su círculo social se irá ampliando. Progresivamente, serán capaces de establecer relaciones afectivas fuera del ambiente familiar. La relación con los hermanos y hermanas suele ser muy cariñosa. A los pequeños y pequeñas les gusta jugar en parejas, en grupos de tres y, poco a poco, irán ampliando este número. En el juego hay una identificación, hacen imitaciones tipificadas, como llevar algo, comprar, dar… También tendrán lugar las primeras peleas y rivalidades; a esta edad, pueden responder con cierta agresividad ante la frustración, por lo que el papel del adulto como mediador es fundamental.

Empezarán a conocer y a asimilar algunas de las normas que rigen la vida en sociedad, así como a entender lo que es compartir. Por otro lado, es importante que adquieran progresivamente hábitos de cuidado y seguridad personal, puesto que podrán discriminar y, por tanto, evitar algunas situaciones, acciones y objetos que pueden acarrearles peligro (escaleras, tijeras, cuchillos, enchufes, cerillas…).
Los pequeños y las pequeñas aprenderán a comer solos sin derramar la comida o la bebida y empezarán a utilizar el tenedor. Tendrán la habilidad necesaria para desvestirse y vestirse con poca ayuda del adulto, aunque todavía no sabrán abrocharse algunas prendas. Se sentirán muy orgullosos de lo que son capaces de hacer, les gustará esa autonomía que poco a poco van a ir adquiriendo. Al niño y a la niña les agradará que se les alabe, se mostrarán colaborativos y dispuestos a hacer pequeños “trabajillos” en casa y en clase. En cuanto al orden, sabrán que cada cosa debe estar en su sitio, pero igual que imitan el orden, también imitarán el desorden.

Tienen su propio concepto de la justicia, saben que deben decir la verdad y que no deben mentir. Saben distinguir entre verdad y mentira. Tienden a ser sinceros, pero también, si no se les educa correctamente, pueden descubrir las ventajas de mentir para obtener lo que desean.

Desarrollo del niño y de la niña de 4 años


A esta edad siguen teniendo dificultades para establecer relaciones entre hechos concretos y la situación en la que suceden. Es una edad donde predomina la fantasía y la imaginación.

Continuarán aprendiendo de forma intuitiva a través de la propia actividad y empiezan a anticipar el resultado de sus acciones. No poseen todavía el pensamiento lógico, aunque se van acercando, permitiéndoles hacer clasificaciones y seriaciones siguiendo criterios algo más complejos que a los 3 años. Todavía no son capaces de diferenciar entre los hechos objetivos y la percepción subjetiva de los mismos. Es frecuente que atribuyan vida humana a objetos próximos o a elementos naturales. Les sigue costando trabajo tener en cuenta los puntos de vista de los demás, aunque progresivamente irán siendo más conscientes de que su forma de entender y ver las cosas no es única. A medida que vayan ampliando sus relaciones sociales y vayan saliendo del círculo familiar conocerán, comprenderán y aceptarán las opiniones, necesidades y demandas de los otros. Son capaces de agrupar y clasificar objetos y materiales atendiendo a varios factores (forma, color, medida...…). En esto juega un papel fundamental la escuela.

Los niños y las niñas comienzan a orientarse temporalmente, dado el progresivo desarrollo de su lateralidad: empiezan a mostrar la dominancia de un lado del cuerpo sobre el otro, pero, igual que a los pequeños y las pequeñas de 3 años, no se les debe presionar en ningún sentido. Es fundamental la regularidad en las rutinas cotidianas, en los tiempos de alimentación, de aseo personal y de descanso, en el tiempo de juego y de trabajo en clase, de los días de colegio y de los días de fiesta, del día y de la noche… Irán progresando en la adquisición de nociones de orientación espacial y poco a poco serán capaces de representar mentalmente diferentes itinerarios.

A lo largo del curso, los niños y las niñas dominarán la motricidad global en cuanto a coordinación y equilibrio. Progresarán considerablemente en sus habilidades motoras gruesas. Les gustará saltar, correr, bailar, ya que tienen más control sobre sus músculos. Saltarán a la pata coja sin impulso, se mantendrán sobre un pie, andarán de puntillas, treparán, subirán y bajarán escaleras y patearán la pelota con soltura. Descompondrán los ritmos regulares de su paso, andarán hacia delante, hacia atrás, a la derecha y a la izquierda.

La coordinación viso-manual mejorará con respecto a los 3 años. En motricidad fina, los pequeños y las pequeñas irán adquiriendo mayor precisión, mayor independencia y mayor seguridad en sí mismos/as: realizarán nudos sencillos, construirán formas, progresivamente mejorarán el picado, dibujarán figuras planas, colorearán formas simples, conocerán los colores… El dibujo de la figura humana es tipo “renacuajo” (las piernas y los brazos salen de la cabeza, omitiendo el tronco).

Empiezan a realizar trazos sencillos verticales, horizontales y oblicuos.

En cuanto al lenguaje, utilizan estructuras sintácticas más complejas y diferentes modalidades en el discurso: afirmación, negación, exclamación, interrogación, y el vocabulario irá aumentado considerablemente, manejarán unas 2000 palabras y comprenderán un número mayor. Pueden presentar un ligero ceceo, que es síntoma de inmadurez y que se corregirá con el tiempo. A esta edad se muestran muy charlatanes, hacen muchas preguntas (cómo, por qué…) y no les gusta repetir las cosas. Construyen una historia larga de una respuesta simple, no les interesan tanto las respuestas y las explicaciones que se les dan, como la forma de las mismas, y hacen muchas comparaciones. Progresivamente, comprenderán y producirán frases negativas, integrando la negación en el cuerpo del enunciado. Empezarán a utilizar artículos, pronombres personales, preposiciones de lugar y algunos auxiliares, aunque por el momento no construyan estructuras lógicas del todo coherentes. Además, la articulación y la pronunciación no son del todo correctas.

Los niños y las niñas sienten mucho interés por todas las actividades en las que interviene el lenguaje oral: cuentos, canciones, adivinanzas, poesías… Poco a poco, se expresarán con más facilidad, esto les permite realizar ejercicios de trabalenguas, dramatizaciones, juegos con disfraces, etc. Utilizan el lenguaje como juego y, por ello, mantendrán largas conversaciones y narrarán largas historias en las que mezclarán la realidad y la ficción.

A esta edad los pequeños y las pequeñas se comunican mejor, disfrutando de esta forma con las relaciones sociales. Les gusta jugar solos pero también con los demás (empiezan a sentirse parte de un grupo, uno más) mostrándose cooperativos en el juego. No buscan la aprobación del adulto salvo en caso de necesidad. Juegan a determinados roles sociales (a policías, médicos/as, vendedores/as, bomberos/as) y realizan las onomatopeyas de los diferentes personajes y animales que intervienen en sus juegos.

Desde el punto de vista social, amplían su círculo de relaciones. Su ámbito ya no es exclusivamente familiar y escolar. Desean pasar cada vez más tiempo con compañeros y compañeras de su edad. Todavía no se desenvuelven bien en grandes grupos, en ocasiones pueden sentirse un poco perdidos y buscan el amparo del adulto.

Es muy importante responsabilizarles de sus comportamientos y enseñarles que sus acciones pueden tener diferentes consecuencias. Unas veces se pueden mostrar dóciles y otras veces rebeldes. A esta edad usan más el lenguaje que la agresividad para conseguir lo que quieren, de esta forma, van comprendiendo de forma muy simple las posibilidades que el lenguaje les ofrece a la hora de comunicarse. Captan las expresiones emocionales de los otros, diferenciándolas de las suyas propias. Sus amistades, al igual que a los 3 años, continúan siendo pasajeras ya que son egocéntricos y se mueven por conveniencia.

Los niños y las niñas poseen un gran sentido del humor. Son divertidos, afectuosos entre ellos, expresan sus emociones sin reparo. Tienen facilidad para adoptar el comportamiento que se espera de ellos y les gusta complacer a los que les rodean. Sin embargo, si se les descubre haciendo algo incorrecto lo pasan mal.

A lo largo del curso, los pequeños y las pequeñas aprenderán a comer y a beber solos y utilizarán la cuchara y el tenedor. Podrán vestirse sin la presencia del adulto, distinguirán el derecho y el revés y la parte de delante y de detrás de las prendas de vestir, podrán abrocharse y aprenderán a calzarse correctamente el zapato de cada pie. Además, se lavarán las manos y la cara sin ayuda, se cepillarán los dientes y se peinarán con poca ayuda del adulto. Serán cada vez más independientes en sus necesidades e irán al baño solos.



 

Desarrollo del niño y de la niña de 5 años

En esta etapa se producen logros importantes: tienen un gran deseo por aprender, y sienten una gran necesidad por explorar, por jugar y por hacer cosas. Su lenguaje es fluido y completo, no articulan infantilmente. A esta edad realizarán las primeras abstracciones, serán capaces de operar con las imágenes mentales de los objetos sin necesidad de tenerlos delante, podrán interiorizar objetos y acciones y manipularlos mentalmente.
El pensamiento es más lógico, por lo que conseguirán realizar seriaciones y clasificaciones siguiendo criterios más complejos que a los 4 años. Los niños y las niñas de 5 años podrán resolver por sí mismos los problemas que se les plantean en su vida cotidiana, ya que, progresivamente, van necesitando menos del adulto para solucionar sus conflictos. Aún son realistas y egocéntricos y están sujetos a la experiencia directa. Todavía no diferencian los hechos objetivos de la percepción subjetiva de los mismos y creen que los demás piensan como ellos.
A los niños y a las niñas les gusta saber por qué ocurren determinados hechos y cuáles son las causas de las cosas, aunque les cuesta captar la temporalidad de los acontecimientos.
Seguirán progresando en la adquisición de nociones espaciales y temporales. Emitirán juicios prácticos sobre algunos conceptos.
Continuarán avanzando en el conocimiento de sí mismos/as, tanto en lo que se refiere a su personalidad, a sus cualidades y a sus defectos, como a sus emociones, deseos y necesidades. Son más críticos con ellos mismos y esto hace que, a veces, baje su autoestima.
En el ámbito psicomotor alcanzarán un gran sentido del equilibrio y del ritmo, se moverán con gran soltura. Aunque siguen necesitando movimiento, son capaces de permanecer más tiempo sentados. Se sentirán más seguros: saltarán alternando los pies, se subirán a distintos sitios, subirán y bajarán las escaleras corriendo, bailarán siguiendo diferentes ritmos, manejarán el lápiz con mayor precisión y seguridad.
El mayor grado de coordinación les permitirá aprender y practicar la natación, montar en bicicleta, patinar… Los movimientos finos ganarán en precisión, podrán recortar con tijeras y con los dedos con gran soltura. Dibujarán diferentes objetos y pintarán utilizando, con criterio, los colores primarios y los secundarios. El dibujo de la figura humana será más completo y aparecerán los detalles.
La lateralidad quedará definida entre los 5 y 6 años, manifestándose la dominancia zurda o diestra, aspecto que favorecerá la orientación espacial y consolidará la estructuración del esquema corporal.
El lenguaje adquiere niveles mayores de corrección. Los niños y las niñas empiezan a comprender algunas de las reglas que rigen el intercambio lingüístico. El vocabulario seguirá aumentando progresivamente, manejarán unas 2500 palabras. Continúan siendo curiosos e inquietos, las preguntas que formulan tienen más sentido que la de los niños y las niñas de 4 años. Preguntan porque tienen verdaderos deseos de saber, y no para jugar como hacían a los 4 años.
La expresión oral continuará mejorando. Progresivamente pronunciarán las palabras casi correctamente y, aunque confundirán algunos fonemas y sonidos, producirán frases mejor estructuradas, comprenderán algunas formas pasivas con verbos de acción, aprenderán estructuras sintácticas más complejas y las distintas modalidades funcionales del discurso (afirmativas, negativas, interrogativas y exclamativas). Así, aprenderán a definir los objetos por la utilidad que tienen. A los pequeños y a las pequeñas les gusta contar cuentos y que se los cuenten. Respecto a esto último, si se les narra una historia excesivamente larga, pueden seguirla hasta el final y extraer lo que les resulta más llamativo.
A los 5 años empezarán a formar una conducta verbal que se consolidará a los 6. Aumentarán gradualmente el dominio de estructuras semánticas y sus comunicaciones irán adquiriendo mayor intencionalidad. Emplearán el lenguaje como medio de comunicación adaptándolo a diferentes situaciones e interlocutores.
En el plano social y afectivo son más seguros e independientes. Pueden realizar actividades sin necesidad de pedir permiso o de requerir la atención del adulto. Sus amistades son más sólidas y permanentes, y pueden volverse protectores de niños y niñas más pequeños. Son más conformistas, más naturales y sencillos. Necesitan la aprobación de sus conductas, intentan colaborar y hacer lo que se les pide y aceptan y respetan las normas que rigen la vida familiar y escolar.
Por otra parte, les gusta elegir a sus compañeros y compañeras de juego y, aunque conocen las reglas de los mismos, las cambian si les conviene.

A lo largo del curso aprenderán a utilizar los cubiertos correctamente, tardando un tiempo prudencial en comer. Se vestirán solos, sabrán atarse los zapatos y abrocharse la ropa si los botones están por delante, se lavarán y peinarán solos y colaborarán en el momento de la ducha.

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